viernes, 20 de noviembre de 2009

Lasaña de setas con canónigos

Hoy empiezo un nuevo sistema de etiquetado en el blog. La verdad es que el anterior parecía hecho por un gato y ni yo encontraba las cosas. Además de que las etiquetas parecían sacadas de un sketch de muchachada nui...

En fin, eso es cosa del pasado. Y el pasado, pasado es, y delante solo tenemos el presente y el futuro, y en este presente y en este futuro el etiquetado del blog ya no será tan absurdo. En los próximos días iré actualizando el etiquetado de las entradas anteriores... poco a poco...


Pero para celebrar este cambio se presenta esta lasaña de setas con canónigos que en el anterior sistema habría llevado las etiquetas: fácil, peluca, italiana, panadero, y brioche, y croasan.

Ingredientes:
5 láminas de pasta de lasaña precocida, un puñado de canónigos, unos 200gr de setas frescas (o un bote de setas en conserva), 1/4 de tomate de ensalada.
Para la salsa: Medio vaso de vino rancio, medio vaso de caldo o de agua, una cucharada de harina, otra de aceite de oliva, y las setas sobrantes del relleno. Se puede añadir orégano o sálvia al final para aromatizar.

Preparación:
Primero ponemos las láminas de pasta en un recipiente con agua caliente unos 10 minutos. Mientras se hidrata la pasta sofreimos con un hilillo de aceite las setas, troceadas pequeñas, y bien escurridas, hasta que queden bien hechas y dejamos templar un poco. Cortamos los canónigos pequeños.
Y empezamos a montar la lasaña. En una pequeña fuente de horno o microondas he montado 5 láminas y poniendo primero setas, luego canónigos, luego otra vez setas y finalmente de nuevo canónigos, esta vez con unas rodajitas de tomate.

Deberían sobrar unas cuantas setas que usaremos para la salsa. Cortamos las setas sobrantes, ahora un poco más pequeñas, y las echamos al fuego con una cucharada de aceite y removemos. Uno o dos minutos más tarde añadimos la harina y movemos bien, con cuidado de que no se nos queme. Cuando la harina esté hecha añadimos el vino, y cuando se haya evaporado el alcohol añadimos el agua, que dejaremos evaporar hasta conseguir una textura no muy densa. Justo antes de sacarla del fuego añadimos el orégano o la sálvia y removemos bien.

Añadimos esta salsa por encima de la lasaña y ponemos el conjunto unos 2 minutos a 400-500W en el microondas para darle un toque de calor a todo.

La receta es muy sencilla y la verdad es que el contraste de los canónigos y las setas es muy interesante. Las rodajas de tomate en la última capa le dan un toque jugoso, y entre el vino rancio y la sálvia le dan un sabor final muy bueno.

¿Variaciones? Desde hacerlo con una salsa de tomate a hacer una vechamel clara de setas como salsa. O usar incluso lechuga en lugar de canónigos. Ala, ¡a experimentar!

lunes, 16 de noviembre de 2009

Patatas con guisantes mejorados

Aún estoy en semi-estado de shock por mi semi accidental encuentro en la tercera fase con l'avia Remei, cosa que merecerá un post a parte.

Mientras tanto me encuentro con que a veces nos enfrentamos a un aburrido plato de patatas con guisantes... y ¿qué se puede hacer? Pues o nos los comemos como podamos o... ¡los mejoramos! Así nace este plato de Patatas con guisantes mejorados.


Nada especial, simplemente nos ayudará a comernos el plato original, pero disfrazado de ensalada! Y una idea de como usar germinados.

Ingredientes:
2 patatas medianas, media taza de guisantes, un tomate pequeño de ensalada, un pizca de orégano, aceite, y germinados frescos varios: soja, trigo, alfalfa, rabanitos... lo que tengamos.

Preparación:
Hervimos las patatas malcortadas unos 15 minutos en agua salada, y los guisantes los hervimos según las instrucciones. Emplatamos. Ya tenemos el plato aburrido.
Vamos a intentar mejorarlo:
Cortamos el tomate a dados y lo echamos por encima. Y por encima echamos los germinados, el orégano y un chorro de aceite de oliva.


domingo, 15 de noviembre de 2009

Los germinados y el germinador

Por lo visto desde un punto de vista nutricional los germinados frescos son lo más mejor de lo mejor, con niveles de vitaminas y minerales mucho más altos que las semillas sin germinar. Pero desde un punto de vista culinario, su valor es el de hacer más interesantes en sabor y textura tanto ensaladas, como sopas, arroces o cualquier otro plato que nos imaginemos. Bueno, quizás ni el brownie de chocolate ni las natillas sean enriquecibles con germinados, pero bueno, ya se capta la idea, ¿no?

Se pueden conseguir con relativa facilidad: en mercados, y supermercados se puede encontrar soja y alfalfa, y en tiendas ecológicas, además de los anteriores, se pueden encontrar a veces hasta semillas de cebolla germinadas!

Pero lo que sí se puede conseguir con facilidad son semillas para germinar: desde soja y alfalfa hasta cebolla, puerro, albahaca, rabanitos mostaza... pasando incluso por semillas desconocidas como el fenogreco, o sorprendentes como las pipas de girasol.

Y aquí es donde entra el germinador. Se puede germinar sin necesidad de un cacharro de estos, pero la verdad es que es más cómodo tener un trasto dedicado.


Existen varios modelos de germinador, y los hay incluso eléctricos, pero el que uso yo (un regalito que me cayó hace un tiempo :D) es de plástico.

El funcionamiento es sencillo. La idea es una tapa, tres bandejas con una válvula de drenaje, y una bandeja a donde drena el agua. Las bandejas tienen el suelo rugoso, y esto se supone que crea las condiciones óptimas de humedad para que germinen las semillas. Dependiendo de la semilla hay que regar dos o tres veces al día, pero la experiencia dice que con regar una vez por la mañana y otra por la noche hay suficiente.


Los germinados de las fotos son: la primera alfalfa, y sobre esta líneas mostaza. En la segunda foto, la del germinador, en el piso de abajo hay trigo recién puesto, que, por cierto, es dificil de germinar pero está espectacular!

sábado, 7 de noviembre de 2009

Raviolis con salsa de tomate y pimiento rojo

¡Ala! ¡Johan Cruyf seleccionador catalán! Es una lástima que ya no hagan força barça ni por la tele ni, sobre todo, por la radio.

Y para celebrarlo, este plato de Raviolis con salsa de tomate y pimiento rojo, un plato digno de un recetario de piso de estudiantes. Pero también de la comida rápida casera, ¿no?


Ingredientes:
Tres tomates maduros, medio pimieto rojo pequeño, 120-150gr de pasta fresca rellena, orégano, aceite, y, opcionalmente, pimienta.

Preparación:
Lo primero que hay que hacer es conseguir la pasta rellena. Si no teneis un artesano que la haga cerca de casa, siempre nos quedará el súper con alguna que otra opción bastante aceptable.Para esta salsa mejor si el relleno es de queso, y cuanto más fuerte sea, mejor. La pasta que he utilizado yo ha sido de gorgonzola y nueces.

Cortamos el pimiento a dados pequeños y lo rehogamos en una sartén con un chorrito de aceite. Cuando esté doradito le añadimos el tomate rallada y dejamos reducir.
Cuando casi no quede líquido retiramos del fuego.


Ponemos a hervir el agua con una pizca de sal y la dejamos entre 2 y 5 minutos, dependiendo de las instrucciones. Colamos intentando reservar un poco del agua de cocción, y sin lavar servirmos la pasta en un plato.

Para calentar la salsa añadiremos un poco del agua de cocción de la pasta a la sartén y la calentaremos hasta que obtengamos la textura que deseemos.

Finalmente echamos la salsa por encima de la pasta, espolvoreamos con orégano, y si nos apetece un puntito picante, pimienta. ¡Y a comer!

jueves, 5 de noviembre de 2009

Solomillo de cerdo con salsa de mostaza y miel

Pasó la castañada. La castañada, ¿eh? No esa fiesta cutre rara de los yankis de las calabazas y no sé que más. Y bueno, mientras mi mente se prepara para hacer un plato con castañas y tal, me ha entrado un ataque peluquero y he hecho este solomillo de cerdo con salsa de mostaza y miel.


No es muy larga de hacer (20 o 25 minutos) y es una comida casi de domingo, ¿no?

Y como sigo sin cámara, viviendo de cámaras prestadas, las fotos de este post estan hechos con la flamante cámara de Sr. Sordera, que muy amablemente me prestó hace un días. Y como leía hace pocos días en otro blog de cocina, en un post de un muy interesante risotto de calabaza, yo tampoco soy muy constante en el número de fotos por post...

Ingredientes:
4 o 5 medallones de solomillo, media cebolla, una cucharada de postre de mostaza y otra de miel, una cucharada de harina, y un poco de agua.

Preparación:
Cortamos el solomillo en medallones y les pegamos un golpe a cada uno para aplanarlos. Los salpimentamos y los hacemos en un sartén con un buen chorro de aceite de oliva. Retiramos los medallones y reservamos.

En la misma sartén hacemos a fuego lento la cebolla cortada pequeña, y cuando la veamos que empieza a estar transparente añadimos la mostaza y la miel mezclando bien con la cebolla.


Añadimos la harina, mezclamos bien con cuidado de que la harina no se queme, y añadimos un chorrito de agua. Dejamos reducir hasta que la salsa tenga la textura que queramos. Finalmente volvemos a añadir los medallones y dejamos a fuego medio bajo un par o tres minutos.

Sacamos los medallones, los emplatamos y echamos la salsa por encima. Y listo!

Este plato se puede acompañar con un arroz, o si no queremos una salsa caldosa, como he hecho yo, simplemente con un poco de pan tendremos el plato bien acompañado.

Y finalmente, yo no es que sea mucho de maridajes, quizás por qué no entiendo, o por otra razón, pero en este caso, quizás por asociación mental, este plato pide ser acompañado por una cerveza!
 
/*analytics*/ /*analytics*/